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LIFESTYLE | Por masQmoda

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Barrio de Malasaña. Modernidad y Tradición

El barrio de Malasaña es un barco en sí mismo navegando en un mar de calles, de colores, de olores, de edificios de siempre, de lugares de siempre y de barrio de siempre. Para descubrirlo hay que ser avezado y valiente, como los marineros, y recorrerlo suave e intensamente intentando no perderse ni uno de los maravillosos rincones que lo circundan. En ocasiones, es un mar castizo y, a ratos, un mar moderno, tatuado y luminoso.

En la calle del Barco, en pleno centro del barrio, se ha asentado un local no muy grande en dimensiones, pero enorme de sabor. Un rincón sabroso y blanco con olor a mar, con alma azul griego y con una tripulación joven, dispuesta, gentil, educada, dinámica, diligente y muy profesional. Porque la profesionalidad es una decisión y un sentimiento, y estos no siempre los da la edad.

Frescura de ingredientes y de comandas y una carta equilibrada y muy apetecible. Limonadas, ensaladas, suvlaki (que da nombre al local) y mucho mimo coronan una experiencia digna de los mejores atardeceres del Mediterráneo.

Egeo Suvlakeria Griega. Recomendable. No te lo puedes perder.

El café hay que tomarlo muy cerca. En los límites mismos del barrio, es de obligada visita La Duquesita, una pastelería de antaño con pasteles de ahora y ambiente selecto y dulce. Una guinda brillante y almibarada, vecina del imponente edificio de la Sociedad de Autores, que nos recibe elegante y señorial en la calle Fernando VI. Un espectáculo de azúcar, miel de caña, nata y chocolate. Tartas y tartaletas de autor; el pastelero Oriol Balaguer. Sueño de los más golosos y complemento ideal de comidas y de meriendas. En breve, abrirá un salón de té. Habrá que visitarlo.

 

The Malasaña neighborhood is a ship in itself navigating a sea of ​​streets, colors, smells, old buildings, old places and old neighborhoods. To discover it, you have to be seasoned and brave, like sailors, and go through it gently and intensely trying not to miss one of the wonderful corners that surround it. Sometimes it is a traditional sea and, at times, a modern, tattooed and luminous sea.
On Calle del Barco, in the heart of the neighborhood, a place that is not very large in size, but enormous in flavor, has settled. A tasty and white corner with the smell of the sea, with a blue Greek soul and a young, willing, gentle, educated, dynamic, diligent and very professional crew. Because professionalism is a decision and a feeling, and these are not always given by age.
Fresh ingredients and orders and a balanced and very appetizing menu. Lemonades, salads, suvlaki (which gives the place its name) and a lot of pampering crown an experience worthy of the best sunsets in the Mediterranean.
Aegean Greek Suvlakeria. Recommendable. You can not lose this.
Coffee must be taken very close. In the very limits of the neighborhood, La Duquesita is a must, a patisserie of yesteryear with cakes of today and a select and sweet atmosphere. A bright and syrupy icing, neighboring the imposing building of the Society of Authors, which welcomes us elegant and stately on Fernando VI street. A show of sugar, cane honey, cream and chocolate. Author's cakes and tarts; the pastry chef Oriol Balaguer. A dream for those with a sweet tooth and an ideal complement to meals and snacks. Shortly, he will open a tea room. We will have to visit it

 

 

 

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